NANOSENTSOREAK- SUPERUSAIMENA

 

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El olor es la sensación resultante de la recepción de un estímulo por el sistema sensorial olfativo. El olfato detecta las partículas suspendidas en el aire y para ello los órganos olfativos, “narices”, dotados de una serie de sensores, generan una señal específica (eléctrica en este caso) por cada tipo de partícula y el cerebro  identifica, finalmente, esta señal con un olor concreto.El mismo principio es utilizado para crear todo tipo de sensores que nos permiten detectar específicamente una sustancias químicas.

 

 

La zona sensora o reactiva está formada por el elemento de reconocimiento y un sistema acoplado que permite procesar la señal producida y generar una respuesta de tipo mecánica, eléctrica, óptica, etc.

 

 

Nanosensores

Los nanosensores son detectores hipersensibles capaces de identificar nanopartículas.

Nanosensor de respuesta mecánica: consta de palancas nanométricas en las que se posan las moléculas del gas. Midiendo la torsión o el cambio en la oscilación de estas nanopalancas se determina su composición.

 

 

 

Nanosensor de respuesta eléctrica: Cuando las partículas interactúan con el nanosensor, el cambio en la corriente eléctrica a través de él se utiliza para identificar su composición.

 

 

 

 

Posibles aplicaciones

Microarrays o biochips utilizados para detección y secuenciación de ADN, nanonariz para la detección del cáncer en la respiración humana, nanosensores para detección de polución, explosivos, drogas, caducidad de los alimentos, nanosensor de alcoholemia compatible con el smartphone, etc.

 

Ejemplos en la naturaleza

Perros entrenados para detectar explosivos o productos tóxicos, cerdos capaces de encontrar trufas enterradas bajo tierra, mariposas iridiscentes con sensores químicos/térmicos en las alas, tiburones que son capaz de oler la sangre.