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Fir0002 [CC-BY-SA-3.0], Wikimedia Commons

Cuando se produce un incendio cada segundo cuenta y para prevenirlos, o al menos para retardar su propagación, muchas maderas, plásticos, tejidos y dispositivos electrónicos son protegidos con retardantes de llama que reducen la inflamabilidad del producto.

Nanomateriales contra el fuego

Durante los últimos años, cada vez se utilizan más nanomateriales para crear retardantes de llama. Para aumentar el poder ignifugo de estos materiales utilizamos nanocompuestos a modo de recubrimiento en la superficie. En general, estos tienen 3 componentes:

  • Nanopartículas (50-100 nm de compuestos inorgánicos como el aluminio, silicio, fosforo, boro, ..)
  • Un reactante
  • Un disolvente orgánico (agua, alcohol, etc).

Estos compuestos tienen poder ignífugo a muy altas temperaturas.
El caso de la industria maderera es especialmente importante, ya que tanto la madera como los productos como el papel y el cartón que se derivan de él están compuestos de celulosa, un carbohidrato extremadamente inflamable.

Cuando se intenta quemar un papel protegido con un recubrimiento con nanomaterial ignífugo, las nanopartículas reaccionan con la celulosa convirtiéndose en carbón, pero sin quemarse en el proceso. Esto se debe a que en el calentamiento se expulsa nitrógeno, un gas incombustible, que desplaza el oxígeno de la superficie. Al no haber oxigeno en la superficie, no hay combustión, y el fuego no se propaga.

Posibles aplicaciones

Cristales, paredes, tejidos, maderas. Actualmente se utilizan en el sector de la industria contra la protección de incendios.